Los efectos de la sequía
27 enero, 2020Premio Mezquita de Bronce para Olivar del Lentisquillo
5 abril, 2021La pandemia denominada Covid-19, además de ser un peligro cierto para nuestra salud, está alterando de manera importantísima nuestro modo de vida: las relaciones sociales, las estructuras mercantiles y políticas, nuestros hábitos familiares y personales en cuanto a alimentación, ocio, atención sanitaria, seguridad, etc. En definitiva, habrá un antes y un después que seguro provocará estudios y análisis de todo tipo para comprender lo que ahora estamos viviendo.
El sector agrícola, y más concretamente, el sector olivarero, tendrá que soportar también los efectos que esta pandemia provoque. Algunos serán cambios para mejor y otros para peor. Pero pocas cosas van a continuar igual. Como se ve en la foto de portada, los olivos están iniciando la floración justo en medio de la pandemia. Son las paradojas de la vida.
Efectos positivos del Covid-19 en los hábitos de consumo
Parece claro que uno de los efectos previsibles de esta pandemia será un incremento en la atención que prestamos a nuestra alimentación. Es de esperar que se produzca una mayor demanda de productos “sanos”. A todo el mundo no le resultará beneficioso el mismo tipo de alimentos, pero, en general, esa tendencia puede beneficiar a los productos procedentes de agricultura ecológica. También podrían verse beneficiados los productos locales. La cercanía de lo que adquirimos, en detrimento de las importaciones con poco control.
Ese puede ser un efecto positivo para los que producimos aceite de oliva, por ejemplo. El consumidor que busque un producto sano tendrá más cuidado en elegir el aceite de oliva virgen extra, en lugar de un simple aceite de oliva. Procurará informarse y conocer las diferencias entre uno y otro. Y sólo de esa forma llegará a apreciarlo y elegir el producto de calidad. Lo mismo ocurre con la procedencia de agricultura ecológica y agricultura convencional. Habrá más consumidores dispuestos a hacer un mayor esfuerzo económico por adquirir el producto ecológico pues les aporta ventajas para su salud que ahora serán capaces de valorar.
Efectos negativos del Covid-19
Pero también hay cosas para poner en el otro platillo de la balanza. Como consecuencia de la pandemia, muchas empresas han tenido que cerrar. Algunas con intención de reapertura en un horizonte temporal incierto. Y otras sin muchas posibilidades de volver a la actividad. El incremento del desempleo y la precariedad salarial provocarán un descenso importante del poder adquisitivo. Cuando eso ocurre, es normal que el consumidor deje de adquirir aceite de oliva y lo sustituya por otro tipo de grasas vegetales más asequibles.
Esta inversión en los hábitos de consumo puede ser mortal para muchas explotaciones olivareras. Pues las sucesivas bajadas de precios en origen han provocado un aumento importante de explotaciones marginales. Si ahora, como efecto indeseable del Covid-19, se producen excedentes de aceite que presionan aún más a la baja los precios, la desaparición de muchos olivares marginales será casi segura. Y la incertidumbre existente en cuanto al futuro de las ayudas europeas (PAC) es otro factor de preocupación. Una reducción importante de esas ayudas puede venir a darles la puntilla.
Incertidumbre provocada por el Covid-19
Es incertidumbre y no otra cosa lo que tenemos, pero es indudable que esta pandemia nos dejará cambios importantes. Algunos serán positivos y otros negativos. En estas situaciones, muchos invocamos la ayuda de Dios. Y, en definitiva, buscamos volver a la esencia de lo que hacemos. Lo nuestro es producir aceite de oliva virgen extra en cultivo ecológico. Y lo queremos seguir haciendo. Habrá que afrontar dificultades, pero seguro que aprenderemos de esta prueba y saldremos más fuertes. Como decíamos en nuestras entradas sobre la simbología, el aceite de oliva es alimento, medicina y luz. Qué mejor equipaje para el camino que nos queda por recorrer.