Olivar del Lentisquillo en Macarela, Madrid
7 abril, 2018El cañamón o la trama del olivo
14 abril, 2018El olivo es tema recurrente tanto en la literatura como en el folclore. Casi todos nuestros grandes poetas y escritores hacen alguna referencia a él. Es recurrente en sus obras como lo es en el paisaje. Está presente en la geografía mediterranea, en nuestra historia, es base de la gastronomía, se asocia con símbolos religiosos, etc. ¿Cómo no había de estar presente en las coplas, las historias populares, la literatura en general? Desde Olivar del Lentisquillo queremos hacer un pequeño homenaje a tantos autores que han hablado de él a lo largo de sus obras. Valga como ejemplo para comenzar este artículo un par de fragmentos de poemas de Antonio Machado titulados “Olivo del camino” y “Olivares de Mancha Real”:
Olivo del camino (fragmento)
Olivo solitario,
lejos del olivar, junto a la fuente,
olivo hospitalario
que das tu sombra a un hombre pensativo
y a un agua transparente.
al borde del camino que blanquea,
guarde tus verdes ramas, viejo olivo,
la diosa de ojos glaucos, Atenea
Olivares de Mancha Real (fragmento)
Sencillo e intrincado,
con su tesoro a cuestas
el olivar cavila.
En él no son precisos
ni rosas ni claveles:
sólo estar, siglo a siglo,
serenamente en pie.
Ambos dan idea de cómo este magnífico árbol evocaba en Antonio Machado la sobriedad, la sencillez, la fortaleza, la perseverancia, etc. Todas ellas virtudes que dejan ver la admiración que sentía por él. En muchas ocasiones, a través de sus poemas, Machado asociaba también los olivos con el campo andaluz. No iba descaminado. Él, aparte de ser andaluz, pasó una buena parte de su vida entre los olivares de Jaen. Por lo tanto hablaba de lo que conocía bien. Aquí va otro fragmento:
(Los olivos)
¡Viejos olivos sedientos
bajo el claro sol del día,
olivares polvorientos
del campo de Andalucía!
¡El campo andaluz, peinado
por el sol canicular,
de loma en loma rayado
de olivar y de olivar!
También Federico García Lorca usaba en sus poemas la imagen que para él transmitían los olivos. Veamos un ejemplo en su poema titulado Paisaje:
Paisaje
El campo
de olivos
se abre y se cierra
como un abanico.
Sobre el olivar
hay un cielo hundido
y una lluvia oscura
de luceros fríos.
Por último, en lo que a poesía se refiere, tiene un sabor especial este fragmento de un poema de Jose Mª Pemán titulado “Este Olivo”. Nos habla del calor que la leña de olivo nos proporciona en los fríos días de invierno. Pero lo hace en una forma, que parece que hablara del regalo póstumo de un viejo amigo:
Este olivo que en este triste día
en que está el cielo gris y blanco el suelo,
calienta en el hogar mi casa fría,
era ayer el encanto y la ufanía
de mi olivar, bajo el azul del cielo.
El olivo en el folclore
El olivo está presente también en innumerables letras de coplas populares. El trabajo de Agustín Gómez Pérez titulado “El Flamenco del olivar en la poesía popular y culta”, nos ilustra sobre esta materia:
Por fandangos de Málaga y Huelva
Un olivar y un molino,
y un cortijo con parrales.
Pan, aceite, carne y vino.
¡Y medio millón de reales en la Banca de camino!
Por fandangos del Gloria:
Mariquilla del Rosario,
primero que yo te olvíe,
Mariquilla del Rosario,
que salgan las olivitas,
uvas y limones agrios.
Por el estilo de Pérez de Guzmán:
Del hueso de una aceituna
tengo que hacer un navío,
del hueso de una aceituna,
para que vayan y vengan
los tristes suspiros míos.
Y así podríamos seguir con letras de otros estilos y de otras regiones de España. En todas ellas se habla con mayor o menor frecuencia del olivo según la zona sea más o menos olivarera.
El olivo en los refranes
Además de en las coplas, son igualmente numerosas las referencias al olivo en los refranes y dichos populares. Aquí van algunos:
El olivar hace bien, aunque le hagan el mal.
Flor de olivo en abril, aceite para el candil.
Hacendado con olivos, un año en terciopelo y seis en cueros vivos
Olivo, vino y amigo, el mejor el más antiguo.
El olivar y el potro que los críe otro
Quien tiene olivos y viñas, bien casa a sus niñas.
Es decir, hay para todos los gustos y todas las opiniones. Y el olivo, siempre sufrido, se deja hacer. Será por aquella costumbre suya de dar “una vez sí” y “una vez no” (vecería del olivo).
Este ha sido un breve repaso por nuestra literatura y nuestro folclore alrededor del olivo. Se podría ir a mucho más detalle pero sería casi interminable. Como hay que acabar, qué mejor despedida para esta entrada que aquel antiguo dicho que usaban nuestros abuelos al finalizar las reuniones familiares o de amigos:
¡Cada mochuelo a su olivo!