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5 marzo, 2019Se oye hablar mucho últimamente de la trazabilidad. El término hace referencia a la capacidad de rastrear un producto desde su origen, a través del proceso de elaboración y hasta la puesta a disposición del consumidor. Es un concepto que se ha venido aplicando desde hace mucho tiempo en la industria. Siempre con miras a mejorar la calidad de los productos.
Trazabilidad en el aceite de oliva
En el caso del aceite de oliva, la trazabilidad nos permite conocer todos los detalles sobre cualquier aceite que se nos presente a la venta. Su origen en el campo, las características del cultivo, la variedad de aceituna, los métodos de recolección. También el transporte a las almazaras, el proceso de extracción que se ha seguido, el almacenamiento, el envasado y la distribución.
Este conocimiento se hace más y más necesario cada día. La preocupación por proteger al consumidor va en aumento y con razón. Porque no paran de aparecer casos en los que se ve cómo aceites adulterados, o de calidades inferiores, son presentados al público como el paradigma de la excelencia. Muchos de los aceites que se etiquetan como Virgen Extra, por ejemplo, no superan un análisis de laboratorio o una cata organoléptica con panel de cata homologado.
Desde el punto de vista del consumidor
Es de suma importancia para el consumidor el asegurar que el producto que adquiere tiene la calidad que dice la etiqueta. Pero no sólo esto es importante. Vemos como cada día se está distinguiendo más entre un producto y otro atendiendo a otras características. Se habla ya de la variedad de aceituna, la procedencia geográfica, el tipo de cultivo. Igualmente de la época de recolección, el proceso de extracción y otros datos diferenciadores. Las etiquetas o la publicidad de los aceites de oliva pueden recoger Información sobre todos estos aspectos.
El consumidor puede estar dispuesto a pagar un precio más alto por un aceite extraído en frío que por otro que no lo sea. O por un aceite de cosecha temprana que por otro que sea de aceitunas cosechadas después del envero. O por cualquier otra característica que haga que se puedan distinguir unos aceites de otros. Incluso siendo todos ellos clasificables como “Virgen Extra”. Si se publicita un dato que hace que un consumidor oriente sus preferencias, este consumidor tiene derecho a que dicho dato sea verdadero. Para poder comprobarlo necesitamos la trazabilidad.
Una normativa que sea eficaz para cumplir esta expectativa es totalmente necesaria. No sólo para proteger al consumidor, objetivo primordial. También para protegernos a todos los que intentamos hacer las cosas bien. Por eso, bienvenidos sean los esfuerzos que vayan en esa dirección.
En nuestro caso
Nuestro aceite por ejemplo, Olivar del Lentisquillo, se elabora mediante un proceso de extracción en frío. Las aceitunas proceden de nuestro olivar situado en el término de Medina Sidonia en la provincia de Cádiz. El olivar es tradicional con olivos de la variedad picual plantados en marco real de 8 metros. El cultivo es de secano y ecológico. Todos estos son datos relevantes que le confieren a nuestro aceite de oliva virgen extra su personalidad. Por estas características se puede distinguir de otros aceites. Por eso nuestro interés es que exista la mayor transparencia en todo el proceso que va desde la aceituna que cuelga en el olivo hasta la mesa.
1 Comment
Muy importante ” la trazabilidad “, en este caso del aceite pero igual en todos los alimentos. En el aceite del olivar del Lentisquillo, es importante que el consumidor tenga en cuenta todos esos aspectos: ecológico, de secano prensa en frío y tantos etcéteras que le imprimen su carácter y justifican su precio.