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La poda llega cada invierno, después de terminada la recolección de la aceituna. Tradicionalmente, las operaciones de poda se han realizado en los meses de enero, febrero o incluso marzo. Siempre después de terminar la recolección. Elegir una fecha u otra dependía de varios factores, entre los cuales, la meteorología era bastante importante. En los últimos tiempos, sin embargo, se está imponiendo la cosecha temprana. Esto hace posible que la poda se pueda realizar al final del mes de noviembre o diciembre. Las heridas producidas en esta labor son muy sensibles a algunos factores meteorológicos. Por ejemplo a las heladas. Por eso, si se realiza a principios del invierno o incluso final de otoño, es más fácil evitar estos daños. Las heridas estarán más cicatrizadas cuando vengan las heladas y el daño será menor.
Hay otras razones a favor de realizar la poda pronto, cuando los árboles acaban de empezar su período de parada invernal. En nuestro caso, en el Olivar del Lentisquillo, cosechamos a principios del envero, es decir, cosecha temprana. Esto ya lo explicábamos en otra entrada sobre factores diferenciales. Es una de nuestras mejores prácticas para conseguir un aceite de oliva virgen extra de calidad superior. Por ello, procuramos podar lo antes posible una vez terminada la cosecha. Así permitimos que el reposo invernal sea más prolongado de lo que convencionalmente hubiera sido con una recolección tardía.
Tipos de poda
La poda que realizamos es mayoritariamente de producción, pues los árboles ya están formados. Aunque también tenemos árboles más jóvenes que todavía requieren poda de formación. Por eso procuramos alternarla de manera que la de producción propiamente dicha se hace cada dos años. Y anualmente repasamos los árboles que están en poda de formación y hacemos limpieza de ramas dañadas en todos los demás.
Dejando los árboles en reposo más tiempo, reducimos la vecería que es uno de los problemas que afectan al olivo. El árbol se repone mejor con esta parada prolongada y llega a la primavera en mejores condiciones. Esto también contribuye a la calidad del producto obtenido. Todos estos factores van encaminados a asegurar que el producto final responde a nuestro objetivo: aceite de oliva virgen extra ecológico.
Qué hacer con los restos de poda
En cuanto a los restos, hay varios tipos de residuos y subproductos. En primer lugar, las ramas más gruesas se trocean y se aprovechan para leña. La leña de olivo es muy apreciada por su elevado poder calorífico. Es, junto con la encina, la que más se recomienda para chimeneas y estufas. Desde el punto de vista del olivar, debemos tener en cuenta que la leña constituye una fuente importante de plagas. Hay muchos insectos que anidan en los restos de madera. Por eso, si decidimos utilizar estos restos para proveernos de leña, hay que aislarla convenientemente.
Después tenemos las ramas finas o ramón como también se le conoce. Para este residuo hay dos posibilidades fundamentalmente. Una es utilizar una trituradora que desmenuza estos restos en trozos muy pequeños. Se esparcen y se aportan al suelo como materia orgánica. Poco a poco se irán incorporando a la estructura del suelo. Y finalmente también está la posibilidad de la quema controlada de los restos de poda. Esto último es lo que se ha venido haciendo en el olivar desde tiempos inmemoriales.
Opiniones
Actualmente hay defensores y detractores de ambas soluciones. Por un lado el aporte de materia orgánica al suelo a través de los restos triturados es muy beneficioso. Pero no está exento de peligro pues se han dado casos en que estos restos han sido causa de difusión de plagas. Por otro lado, la quema del ramón es un desperdicio de materia orgánica reutilizable. Pero elimina mejor la propagación de enfermedades y aporta sales al suelo a través de las cenizas.
Nosotros, de momento, seguimos quemando el ramón, como se ve en la foto de portada de este artículo.
Una vez terminada la poda y la limpieza, conviene dar un tratamiento foliar con cobre. Este tratamiento ayuda en la cicatrización de las heridas y es un excelente fungicida para proteger al olivo de los hongos que le atacan.
4 Comments
un aceite espectacular.nunca he probado algo tan bueno.enhorabuena.
Es un privilegio aprender tanto sobre el olivo. Todo un milagro de la naturaleza. Emociona saborear con una rebanada de pan este producto con vida propia como es el aceite que sale del “Olivar del Lentisquillo”
Soy una experta y puedo decir que es excelente. Lo consumo desde su creación y su experiencia familiar en el sector se evidente. Totalmente recomendable. Es salud en mayúscula.
Enhorabuena por vuestro bien hacer con el olivo. Sin duda el lentisquillo os lo agradece dando ese oro verde tan apreciado