La Inducción Floral en el Olivo
5 junio, 2019De la mar el Mero
19 junio, 2019Ya lo veníamos apuntando y parece que se confirma. El olivar tradicional está seriamente amenazado. La proliferación de plantaciones de olivar intensivo o superintensivo está llegando a niveles que ni los muy exagerados habían llegado a sospechar. Son muchas las razones que nos pueden ayudar a entender el por qué, pero, fundamentalmente, se trata de razones económicas.
Ventajas del intensivo y superintensivo sobre el tradicional
En primer lugar, hay que apuntar a la posibilidad de mecanización de las labores del cultivo. Esta mecanización es muy difícil en el olivar tradicional, sobre todo en el que ocupa terrenos marginales. Olivares en zonas montañosas y otras de difícil acceso. Muchos de ellos, además, pueden tener marcos de plantación irregulares, buscando la adaptación a la orografía del terreno. En estos olivares las labores se realizan todavía en condiciones semi manuales o con uso muy escaso de medios mecánicos.
Los olivares de cultivo intensivo o superintensivo, por el contrario, permiten aplicar medios mecánicos a la mayoría de las labores. Esto redunda, como es lógico, en una reducción muy importante de los costes de cultivo y recolección. De esta forma pueden defenderse mucho mejor de las variaciones de precios a la baja como las que estamos experimentando actualmente. Y las posibilidades de rentabilizar la explotación, incluso sin depender de ayudas como la PAC, son muy altas.
Desde el punto de vista de la producción, se facilitan los tratamientos necesarios en cada fase del ciclo vegetativo. Lo que aumenta y estabiliza las producciones anuales redundando, de nuevo, en mayor rentabilidad.
Desde un punto de vista estrictamente economicista, por tanto, no tiene sentido que quien pretenda iniciar una plantación en estos días, lo haga a la forma tradicional. Pero los olivares tradicionales están ahí. Y tampoco podemos dar todo por perdido.
Olivares tradicionales que pueden subsistir
Hay olivares tradicionales con marcos muy anchos de plantación pero que ocupan terrenos de orografía razonablemente manejable. Estos olivares admiten algún tipo de intervención que puede aumentar su rentabilidad. En algunos casos, se está incrementando el número de árboles por hectárea ocupando los espacios vacíos. Por ejemplo, en olivares con un marco real de 10 x 10, se pueden plantar nuevos árboles para pasar a un marco rectangular de 10 x 5.
Otros, con marcos tradicionales también, son mecanizables en un grado bastante alto. Si bien no pueden llegar a la optimización de los costes de los superintensivos, se pueden alcanzar cifras razonables.
Para los demás, los que no son mecanizables debido a las dificultades mencionadas del terreno y otras, las posibilidades de subsistencia disminuyen de una forma alarmante. En períodos de bajadas de precios como los actuales son explotaciones extremadamente precarias. Su dependencia de las ayudas oficiales es absoluta con la única pretensión de, al menos, recuperar los costes para no perder. Esos pueden tener los días contados.
Bondades del olivar tradicional
No se puede pedir al agricultor que arriesgue su dinero si no tiene posibilidades ciertas de obtener un beneficio. Pero siempre quedarán los románticos que antepongan otras consideraciones y estén dispuestos a esperar. Puede que algún día el mercado les reconozca un mérito y esté dispuesto a pagar por ello un precio diferente. En cualquier caso, si es cierto que el olivar tradicional y, sobre todo, el de cultivo ecológico, mantiene un equilibrio con el medio natural que no existe en los demás. Son olivares que están integrados en el paisaje y en los que se ha creado un microclima muy parecido al del bosque mediterráneo. Albergan una flora y una fauna que se ha adaptado a ellos y que vive en armonía con ellos. Por último, incluso nuestra cultura se ha impregnado de estos paisajes y estos espacios.
Presentar en el mercado un producto como el aceite de oliva virgen extra obtenido en estas condiciones tiene un valor especial. Es un producto más cercano a la naturaleza y ya hay muchos consumidores que aprecian estos detalles y los buscan. Nuestro AOVE procedente de cultivo ecológico y en secano tiene estas características que estamos refiriendo. Desde que cuaja la aceituna en la rama hasta que el aceite es envasado en la almazara, todo se hace respetando este equilibrio natural. Sólo esperamos que el consumidor lo llegue a apreciar.
1 Comment
Muy bonita reflexión. Mi familia también tiene olivar tradicional y creo que es importante difundir el mensaje de que no todo es dinero, hay que mirar también la sostenibilidad del medio ambiente y conservar la naturaleza lo máximo posible.