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La familia Vázquez Alarcón, fundadora del Olivar del Lentisquillo, hunde sus raíces en varias provincias andaluzas: Huelva, Cádiz, Córdoba y Jaén. Pero es su rama jienense la que aporta la savia olivarera.
A mediados de los 90, el matrimonio formado por Luis Vázquez y Maria Luisa Alarcón adquirió una pequeña finca en el término de Medina Sidonia, en la provincia de Cádiz. En un lugar conocido como cerro Calera Alta. Allí plantaron un olivar con plantones de la variedad Picual, la más representativa de los olivares de Jaén. Y así nació el Olivar del Lentisquillo en octubre de 1995. En él toda la familia, los padres y sus cuatro hijos, se dedican al cultivo del olivo y a producir aceite de oliva virgen extra ecológico.
Los vecinos
También los vecinos, Alvaro y Blanca con sus tres hijos, plantaron un olivar al que llamaron Olivar el Herrerillo. En un terreno colindante iniciaron una aventura muy parecida. Los dos matrimonios compraron una pequeña finca cada uno, en el mismo paraje y al mismo tiempo. Todo en la vida es más fácil cuando se tiene la compañía de personas que se ayudan mutuamente. Personas que están dispuestas a arrimar el hombro en las situaciones difíciles. Y ese es el caso entre estas dos familias.
El viaje de vuelta de Jaén a Cádiz
Y ¿por qué se titula este pequeño artículo “El viaje de vuelta”? Pues muy sencillo: por aquí, por las costas de Cádiz, entraron los primeros olivos en Andalucía hace más de 3.000 años. Los trajeron los fenicios. Las dehesas de la provincia de Cádiz estaban pobladas de acebuches, olivos silvestres. Eran el sitio perfecto para plantar o para injertar los olivos fenicios sobre patrones de acebuche perfectamente aclimatados a las duras condiciones de esta parte del mediterráneo. Y el árbol enraizó y lo hizo con fuerza.
Una vez asentado en el suroeste peninsular, el olivo comienza la conquista de las tierras fértiles del valle del Guadalquivir. Se extiende primero por las actuales provincias de Sevilla y Córdoba, río arriba. Pronto adquirieron fama por su calidad los aceites de la Bética que los romanos llevaban a la metrópoli como uno de los tesoros de la legendaria Tarsis.
Así, poco a poco, a lo largo de los siglos, el olivo sigue su camino ascendente hacia el nacimiento del Guadalquivir. Y llega a convertirse ya en los siglos XIX y XX en dueño y señor absoluto del Reino de Jaén. A día de hoy, Jaén es la principal productora de aceite de oliva del mundo.
Por eso, el que una familia que tiene una buena parte de sus orígenes en Jaén, haya venido a un pequeño lugar de la provincia de Cádiz a plantar un olivar, es, ¿por qué no decirlo así?, un viaje de vuelta. Y parece que Medina Sidonia haya recibido a los olivos del Olivar del Lentisquillo con un acogedor “bienvenidos de vuelta a casa”.
12 Comments
Y el resultado según mi experiencia personal , es un aceite extraordinario, lleno de aromas y sabores y lo mejor para el disfrute con todas las posibilidades gastronómicas que ofrece.
emotivo por la autenticidad de está Familia…enhorabuena por su labor que ha conseguido un producto final increíble
Bonita historia, que desconocía. De la calidad del aceite del olivar del Lentisquillo, doy fe todas las mañanas con mis tostadas. Es único!!!
Precioso!!! Un viaje enriquecedor. Os deseo toda la suerte del mundo a vosotros y a vuestros hijos para q esos olivos viajeros sean vuestro orgullo por siglos. Un fuerte abrazo desde esta Córdoba q os quiere y os echa de menos.
Oleeee
Fantástico Luis. Enhorabuena
Una historia buena y bonita. Como resultado un aceite riquísimo y con unas cualidades inmejorables. No podemos olvidar el alto contenido en Omega 9, importantísimo para la salud.
Pues yo quiero unas botellas , y sobre todo invitaros a comer , delicias realizadas con vuestro aceite de cuyo lar ya he disfrutado con Maravillossa esperiencia. Yo pongo vino y chupitos.
Besos muchos .
Igualmente me uno a estos comentarios,es un aceite exquisito y se le nota el mimo con el que ha sido tratado.
Muy buena historia si señor!
Un aceite extraordinario y exquisito, que lo he dado a probar a todos mis familiares.
Mis felicitaciones a esta gran familia, de la que somos vecinos desde hace 40 años.
Enhorabuena!!
He visto nacer y crecer estosolivos así como a toda la familia y me enorgullece tenerlos como amigos. Enhorabuena y que sigáis por muchos años manteniendo está tradición.