Lo que necesitas saber sobre la dieta mediterránea
24 octubre, 2018Con el frío llegan las migas
31 octubre, 2018Son muchos los detalles que hay que preparar y ya estamos a punto de empezar. Tenemos que hablar con la almazara. Es el ritual de cada año. Tenemos que repasar concienzudamente todos los aspectos que pueden tener una influencia en el resultado final. Lo hemos ido viendo en las distintas entradas del blog. Todo tiene importancia. Nada se hace por capricho o por gusto, sino que va encaminado al objetivo. Y ese es el primer punto importante. ¿Cuál es nuestro objetivo?
Como en la mayoría de las cosas que hacemos en la vida, aquí también hay objetivos contrapuestos. Tenemos que elegir, priorizar. Por un lado está el objetivo legítimo de obtener un beneficio económico con la actividad a la que hemos elegido dedicarnos. Nadie puede discutir eso. No sólo es legítimo, sino recomendable, porque un resultado económico positivo nos asegurará la necesaria continuidad. De otra forma, la actividad cesará antes o después. Por otro lado, nuestra vocación es la de ofrecer al mercado un producto de la máxima calidad. Que se acerque lo más posible a la excelencia.
Cómo puede influir la almazara
Y es que todo se puede hacer de una forma o de otra según nos interese más el beneficio o la calidad. Si elegimos el beneficio, nuestro interés será, por ejemplo, maximizar el rendimiento en aceite. Es decir, extraer el máximo aceite posible de nuestras aceitunas. Nada más lógico. Si no, ¿para qué las traemos? Pero claro, no podemos olvidarnos de algunos detalles que afectan a la calidad. La temperatura y el tiempo del batido son determinantes. A mayor temperatura y tiempo en el batido, mayor será la cantidad de aceite obtenido. Pero también a mayor temperatura y tiempo en el batido, peor será la calidad del aceite. La decisión que hay que tomar con el maestro de almazara es qué es para nosotros lo más importante: la cantidad o la calidad.
Como este, hay otros elementos que van a afectar a la calidad y al coste. No es el único factor. Desde que se desprende la aceituna de la rama en la recogida estamos decidiendo entre opciones distintas. Dejar un contenedor en el campo con las aceitunas de hoy para llevarlo mañana una vez que se haya llenado, representa un ahorro en costes. Pero también una pérdida de calidad. El tiempo de decantación una vez obtenido el aceite, el modo de almacenamiento, el envasado. Y así sucede con otros muchos factores en los que tenemos que ir decidiendo.
Nosotros, en el Olivar del Lentisquillo, ya hace tiempo que elegimos. Nuestra apuesta es la calidad. Buscamos la excelencia como decimos en nuestra página web. Eso quiere decir que al final nuestros costes son superiores a los del productor que elija el beneficio como prioridad absoluta. Por eso nuestra única razón de estar aquí es que el mercado, los consumidores, aprecien nuestro producto como lo que es: un aceite de oliva virgen extra ecológico de calidad superior.