Ecológico. Porque es lo natural
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23 junio, 2018Oro verde decimos que es el aceite de oliva. Pero no podemos generalizar. Porque bajo ese nombre, aceite de oliva, se comercializa mucho aceite que no es precisamente lo mejor. Cuando nos referimos al oro, lo hacemos porque es un metal precioso. Un símbolo de riqueza, de pureza y excelencia. Por eso cuando queremos decir que un producto es excelente, lo mejor de lo mejor, lo comparamos con el oro.
Indudablemente hay aceites en el mercado que son excelentes y merecen esa denominación. Todos queremos que el nuestro sea merecedor de ese nombre. Pero no todo el aceite que se comercializa lo merece. Recordemos aquí la clasificación de los aceites según el Consejo Oleícola Internacional referida en varias ocasiones.
El mejor aceite, el oro verde
El mejor aceite de oliva, al que podemos llamar oro verde, es el aceite de oliva virgen extra. Hay multitud de marcas en el mercado que venden su producto con esta especificación. Lo cual es muy meritorio. Porque, como ya hemos comentado también, la calidad del aceite no es fruto de la casualidad. Se consigue mediante el esfuerzo realizado por olivareros y almazaras que se coordinan para obtener esta calidad en sus productos. Hay que cuidar el cultivo, la recolección, el manejo del fruto, el transporte, la limpieza, la molienda y demás procesos de extracción, el trasiego, etc. Todo es importante hasta que el producto llega al consumidor. Nada se deja al azar. De lo bien o mal que todo se lleve a cabo dependerá la calidad del producto final.
Un aceite de oliva virgen extra es zumo natural de aceituna. Tiene aromas y sabores que recuerdan a la fruta de la que proviene y tiene propiedades beneficiosas para la salud. Es uno de los mejores antioxidantes naturales que existen y cada día se descubren nuevas virtudes que hacen que su consumo sea muy beneficioso.
Otros aceites
Sabemos que la gran mayoría de la producción de aceite de oliva no llega a la categoría de Virgen Extra. Son sólo Aceite de Oliva Virgen o Aceite de Oliva Lampante. Este último no es apto para el consumo humano. Por eso se le somete a procesos de refino en los que se rebaja el exceso de acidez y se eliminan otros defectos. Este proceso da lugar a un aceite plano, sin olor ni sabor. Mezclado con aceite de oliva virgen se puede comercializar con el nombre de aceite de oliva. Pero, naturalmente, este aceite no es, ni mucho menos, el producto estrella. Aquel del que elogiamos sus beneficios, su aroma, su sabor y todas las demás cualidades.
También hay aceites que se comercializan como aceite de orujo de oliva. Son aceites procedentes de la extracción por métodos químicos del aceite que queda en la pasta que resulta de las moliendas en las almazaras.
Por eso es importante, insistimos una vez más, que el consumidor conozca lo que busca. Que entienda bien cuáles son las características del producto y sea capaz de diferenciar para elegir bien. Como decimos en el título de esta entrada, no es oro todo lo que reluce.
Cuando se nos presenten las innegables cualidades beneficiosas de un buen aceite, no confundamos los términos: estamos hablando sólo de un aceite de oliva virgen extra. Y si es ecológico, pues mejor.