Pechugas en escabeche
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24 octubre, 2018Como hemos venido viendo en diferentes entradas de este blog, las primeras lluvias otoñales pueden determinar el destino de una cosecha. Todo un año de esfuerzo y trabajo paciente en busca del mejor aceite de oliva puede venirse al traste si la naturaleza pierde sus ritmos. El olivo en secano, depende mucho más de estos ritmos naturales que el olivo en regadío. Y es que después de los rigores del verano, los árboles han agotado las reservas hídricas que tenían a su disposición.
Es típico de final de verano ver aceitunas con la piel arrugada y hojas dobladas sobre su envés. Todo ello forma parte de la estrategia de defensa del olivo contra el estrés hídrico. Y una vez que comienza el otoño, se espera que ocurra lo que tiene que ocurrir. Es decir, que llueva. Los árboles están preparados para soportar los calores y un cierto nivel de sequía. Pero si llegan las primeras lluvias, se hidratan las ramas, las hojas, todo el árbol y, por supuesto, el fruto. Es impresionante ver con qué rapidez cambia el aspecto del olivo una vez que vuelve a hidratarse. Es como un milagro.
Como influyen las lluvias en la calidad del aceite
El equilibrio hídrico de los olivos nos facilita que en el interior de las aceitunas continúen los procesos de elaboración del aceite. Y que podamos seguir teniendo opciones para que nuestro aceite sea aceite de oliva virgen extra. Se va a iniciar el envero con fuerza para realizar esa transformación que experimentan las aceitunas en esta fase. Todo seguirá sus pasos según el guion que estaba previsto. Y todo, gracias a unas lluvias que han llegado puntualmente a aliviar la sed que ya experimentaban los campos en general.
Otros efectos de las lluvias
Estas lluvias pueden hacer también mucho daño cuando se producen en cantidades excesivas y se concentran en muy poco tiempo. Se producen inundaciones y riadas que pueden ser catastróficas en algunos casos. Contra eso, la única forma de luchar es procurar no obstaculizar los cauces de salida del agua en los arroyos y torrenteras naturales. Cuando están ahí es por algo. Y de tiempo en tiempo, el agua puede venir a reclamarnos esos espacios que no debemos ocupar. Los daños producidos por estos fenómenos localizados son cuantiosos y en algunas ocasiones llegan a perderse vidas humanas. Sabiendo a qué nos exponemos es crucial que hagamos todos los esfuerzos para intentar paliar en lo posible estos efectos.
Pero dejando aparte esos efectos negativos, cuando las lluvias otoñales vienen espaciadas y en cantidades moderadas, son altamente beneficiosas. Ayudarán a que termine en buenas condiciones el proceso de maduración de las aceitunas. Contribuirán a que el rendimiento en aceite sea el adecuado. Una vez terminada la maduración en buenas condiciones, vendrá la recolección. Para ello, cada agricultor escogerá el mejor momento en función de lo que más le interese.
Aceite de oliva virgen extra ecológico del Olivar del Lentisquillo.
De variedad Picual y cultivado en secano.