Ensalada Campera de la Huerta del Olivar
28 julio, 2018Perdices Marinadas con Aceite del Olivar
4 agosto, 2018Ya vimos como después del cuajado, las aceitunas que pudieron superar la fase inicial quedaban prendidas en las ramas. Miles de pequeñas bolitas dispuestas a convertirse en frutos maduros. A partir de ahí, los arboles tenían que realizar un gran esfuerzo para sacarlas adelante. Es la fase de crecimiento. Un engorde acelerado para formar los frutos y darles todo lo que van a necesitar para producir más adelante el aceite.
Es fácil de comprender que para tamaño reto, los árboles van a necesitar estar en las mejores condiciones. Tendrán que optimizar toda su estructura. Desde el sistema radicular, pasando por la parte leñosa, troncos y ramas, y hasta llegar a la copa abundante en hojas sanas. Con todo ello, su misión es hacer crecer los frutos hasta alcanzar la siguiente fase. Es de una importancia crítica vigilar el estado de los macronutrientes y micronutrietes que el árbol va a necesitar en este proceso. La masa de aceitunas generada en un breve espacio de tiempo puede ser enorme y así será la demanda de los elementos principales, como nitrógeno, fósforo y potasio. Y también de otros muchos que no por ser menores dejan de ser importantes. Por ejemplo el calcio, el azufre, el magnesio, el boro, el zinc y un largo etcétera.
Vigilancia constante para ir engordando las aceitunas
Todo eso ya lo hemos estado vigilando en los análisis foliares que periódicamente hemos ido haciendo. También hemos vigilado y tratado los árboles para evitar enfermedades. Por supuesto, hemos controlado la capa vegetal espontanea para que no se pierda el agua del terreno. Hay que almacenarla y custodiarla como un tesoro, que lo es, en los olivares de secano. Y tanto desvelo y dedicación va teniendo pequeños premios intermedios. Son como las metas volantes en las carreras ciclistas. En este momento, ya se ven las aceitunas.
Han alcanzado un tamaño que ya las hace visibles sin tener que aguzar la vista. No tanto como dentro de un mes o dos en que se produzca el cambio de coloración, pero si lo suficiente. Hay que tener en cuenta que todavía el color que tienen es idéntico al de las hojas. Las aceitunas son de un verde que se mimetiza en el árbol. Pero el ojo experimentado, ya las puede ver entre las hojas. Además las ramas empiezan a ceder por el peso de las aceitunas. Todo un espectáculo que nos llena de satisfacción.
En la siguiente fase hay que estar a la altura
Y ahora viene la siguiente fase, el endurecimiento del hueso. También llegan los rigores de la canícula. La parte más calurosa y seca del año. Aquí es donde habrá que estar a la altura. Sólo los árboles que presenten las mejores condiciones de equilibrio vegetativo y que tengan al alcance de sus raices reservas de agua suficiente podrán superarlo. Los que no, perderán su preciosa carga. Por eso es tan importante prevenir todo esto optimizando el estado vegetativo de los árboles y haciendo la mejor gestión del suelo posible.
Por ahora, como se ve en la foto de portada, las cosas marchan bien. Seguiremos vigilantes para conseguir un año más el aceite de oliva virgen extra de cultivo ecológico que distingue al Olivar del Lentisquillo.
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Todo es interesántisimo y atrayente en el Olivar del Lentisquillo. De ahí que la calidad de su aceite ecológico virgen extra sea inigualable.