El clima y el Olivar
21 diciembre, 2019El Covid-19 y el futuro del Olivar
25 abril, 2020La sequía está haciendo estragos en el olivar de secano. Sumamos ya varios años de precipitaciones escasas, por debajo de la media normal para esta zona. Además, con una distribución por meses nada favorable. La poca lluvia caída en el último año, nos llegó en otoño e invierno. Pero la primavera y el verano fueron especialmente secos. De hecho, las primeras lluvias registradas en esta campaña no llegaron hasta finales de octubre. Y estando ya a mediados de invierno, sólo llevamos contabilizados unos 220 litros en la campaña 2019-2020.
Información documentada sobre períodos de sequía
La sequía como tal, un período prolongado con escasas precipitaciones, no es nada nuevo por aquí. Se puede documentar desde los tiempos de los visigodos en España. Lo normal era sacar los santos en procesión para hacer rogativas y pedir la tan deseada lluvia. Ahora nuestro enfoque es más científico y nos gusta analizar los datos, ver tendencias, ciclos recurrentes, etc. Pero al final, la historia se repite. En algunas ocasiones, están documentados arranques de árboles que después de períodos prolongados de sequía no podían seguir produciendo. Plantaciones enteras fueron sustituidas por variedades más resistentes procedentes del norte de África. Véase la cita del Independiente de Granada: “Así lo contaba en el siglo XI el agrónomo musulmán granadino Kitab Zuhrat Al-Bustan en su libro El esplendor del jardín: decía que los extensos olivares, incapaces de aguantar tan prolongada sequía, perecieron. El olivar de Al-Andalus había sido repoblado después con plantas traídas en barcos desde Ifriquilla (actual Túnez)”.
Efectos evidentes de la sequía
No creo que estemos todavía en ese punto pero los efectos de los dos últimos años sobre nuestro olivar de secano, ya son evidentes. Hay árboles que han perdido una gran cantidad de hoja y ramas enteras que aparecen desfoliadas. Eso va a afectar a la producción del año actual y posiblemente del siguiente. Pues los árboles tendrán que reponerse primero para después seguir produciendo en condiciones normales. Otros árboles, por el contrario, han resistido mejor. Bien porque ocupan una parte del terreno con más humedad o porque están nutritivamente más equilibrados lo que les permite resistir mejor el estrés hídrico.
Esos serán la base para nuestra producción de aceite del año que acaba de empezar. Es decir, ya sabemos que tendremos una menor producción. Pero, como siempre, cuidaremos bien que esos árboles estén bien atendidos en todo momento para que el producto final sea de calidad. Eso es lo importante. Para años sucesivos, esperamos que las lluvias vuelvan a niveles suficientes y nuestros olivos recuperen su vigor.
Estas son las penalidades que los olivares de secano tienen que soportar. Por eso su producción es la más meritoria. Olivar del Lentisquillo mantiene la producción en secano con cultivo tradicional y ecológico. No estamos locos, es que nos gusta lo natural. Y la naturaleza es así, unas veces te da condiciones favorables y otras no.