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11 julio, 2018Comienza el verano con temperaturas suaves. En este momento las aceitunas que superaron la fase del cuajado están creciendo a buen ritmo. Un porcentaje muy pequeño de las que los árboles produjeron. Se calcula, como ya hemos comentado, que sólo sobreviven alrededor de un 2 por ciento. Pero son suficientes para asegurar una buena cosecha si llegan hasta el final.
En esta fase, y con las temperaturas suaves que estamos teniendo, las aceitunas van adquiriendo su tamaño medio hasta llegar a la fase siguiente: el endurecimiento del hueso. El que no haga excesivo calor ayuda a que no se pierda mucha agua del suelo por la evapotranspiración. En condiciones de manejo del suelo adecuadas, esta ayuda puede ser muy importante para llegar al final del estío con mayores garantías de éxito. Así se reducirá el estrés hídrico de final de verano que tanto daño nos puede hacer. Toda ayuda es poca para asegurar que el aceite producido sea aceite de oliva virgen extra.
Por otro lado, con estas temperaturas, los árboles siguen aumentando su volumen con la emisión de ramas nuevas. Todos aquellos brotes que aparecieron en primavera y que no terminaron en fruto sino en ramas nuevas. Ahora van alcanzando un buen tamaño y van ramificando formando una copa más espesa. Es uno de los momentos en que los árboles están más frondosos y con mejor aspecto.
Verano suave, no todo son ventajas
Pero no todo son ventajas. Este tiempo suave encierra también algunos peligros. Las temperaturas suaves hacen proliferar las plagas y enfermedades. Sobre todo los hongos, como el repilo. Ya lo hemos visto anteriormente. Contra este hongo nada podemos hacer una vez que se ha implantado. Por eso la lucha debe ser con tratamientos preventivos. En nuestro caso ya lo hemos hecho y el olivar está suficientemente protegido según nos indican los últimos análisis foliares realizados.
También hay que vigilar la presencia de mosca del olivo, lo que hacemos con trampas que nos avisan de ello. Colocando botellas trampa con un producto atrayente en lugares estratégicos podemos ir controlando la presencia o no de mosca del olivo y la cantidad. Si se detacta en cantidad suficiente habría que hacer un tratamiento a base de productos atrayentes autorizados por el CAAE.
Y finalmente, el crecimiento de las copas que estamos viendo estos días puede traer consecuencias más adelante. Cuando el calor apriete, los árboles con más copa podrán sufrir antes el estrés hídrico de final del verano que los demás. De ahí la importancia de una buena gestión del suelo en los olivares de secano.