Pesos y medidas – El Cuartillo de aceite
21 marzo, 2018Virgen Extra – ¿Qué más hay que saber?
28 marzo, 2018Los hoyos de pan y aceite consistían simplemente en un trozo de pan del extremo de una telera o de uno de sus lados, al que se le extraía la miga para rellenar el hueco con aceite de oliva y un poco de azúcar. Era una forma simple y rápida de dar a los niños algo de merendar cuando no había otra cosa. O porque estaba bueno, sin más.
En parte de la provincia de Cádiz, como por ejemplo en Jerez, se les denomina caberos. Se trata de lo mismo pero con otro nombre.
El pan y el aceite de oliva han sido y siguen siendo alimentos básicos en la cocina mediterránea. Eran lo más socorrido en las casas en las que no había muchos recursos. Lo que nos daba la tierra. Y a lo largo de los años se han ido incorporando a innumerables recetas. Algunas muy simples como estos hoyos o caberos. Otras más elaboradas, pero siempre como parte ineludible de la alimentación más elemental.
En particular el aceite de oliva, forma parte de la mayoría de las recetas de los platos típicos en toda la cuenca mediterránea: guisos, potajes, ensaladas, incluso recetas de repostería, cuentan con el aceite como ingrediente esencial.
A falta de una alimentación más variada y equilibrada, en las épocas de necesidad, estos dos alimentos aportaban lo más indispensable para paliar las hambrunas. Pan, aceite y poco más eran el único sustento que recibían los gañanes en los cortijos de la baja Andalucía.
Variantes de los hoyos y caberos
En algunas ventas, alrededor de Jerez, Lebrija y otras poblaciones, podemos pedir para comer un cuenco de “ajo caliente”. Es lo más parecido a aquella ración diaria que se daba en las gañanías. Salvando las distancias, pues aquellos jornaleros no tendrían acceso al mejor pan ni al mejor aceite. El pan duro, que era aprovechado de esa manera, y el aceite rancio serían lo más habitual para preparar el ajo caliente de la época. Como ya hemos visto en otras ocasiones, el aceite, antiguamente, no siempre se conservaba en las mejores condiciones. El sabor a rancio está todavía presente en la memoria de los que ya tenemos una edad.
Por eso no nos cansamos de insistir en que es un lujo poder disfrutar de un buen aceite de oliva virgen extra ecológico como el que tenemos en nuestra tienda. Con todas las garantías. Es un lujo abrir una botella y notar el olor a hierba fresca. Verter un poco en un hoyo de pan y probarlo es toda una experiencia que nos retrotrae a nuestra infancia. ¡Ánimo! No dejéis pasar la oportunidad.
1 Comment
Buenísima combinación el aceite, pan, sal o azúcar.
En una ocasión conocí a una pareja italiana y me comentaron lo q hacían para cenar; ponían en el centro de la mesa un platito con aceite, sal y pimienta molida. Mojaban buen pan y lo acompañaban con un buen vino. Riquísimo y sanisimo.