¿Afectará el Brexit al mercado del AOVE?
7 marzo, 2018El Olivo – Un árbol milenario
14 marzo, 2018Las últimas lluvias que estamos recibiendo de manera generalizada están viniendo a paliar el déficit hídrico que se estaba acumulando. La situación era crítica para los pantanos y ya se estaban aplicando restricciones incluso para el consumo humano. Estos ciclos de sequía afectan de manera muy importante a los cultivos de secano, entre ellos, al olivar de secano.
Las necesidades hídricas del olivo varían según el momento del ciclo vegetativo. Cuando el olivo necesita más agua es en la primavera y en el otoño. En primavera para que tengamos una buena floración y fructificación. El esfuerzo que realiza el árbol es muy importante y el consumo de agua se eleva de manera notable. En verano el consumo de agua es menor, aunque también debe haber agua suficiente disponible para soportar el cuajado y el endurecimiento del hueso. Y en otoño volvemos a tener otro pico en las necesidades hídricas debido al proceso de maduración. El crecimiento final del fruto, la formación del aceite, el envero.
Alternativas al riego
Cuando no hay riego para suministrar agua en los momentos en que es necesaria, el árbol depende de la reserva de agua del suelo. Esta disponibilidad de agua viene determinada por dos factores: la precipitación acumulada durante el año y la evapotranspiración. Estos dos factores van a determinar, no sólo la cantidad de agua disponible en el suelo a lo largo del año, sino también la época en que tenemos o no esa disponibilidad. La lluvia es un factor que no controlamos. Hay años con más precipitación y años con menos. Podemos hablar de medias de precipitaciones, pero nos importa conocer también los máximos y los mínimos. La precipitación media de la provincia de Cádiz, por ejemplo, es de 600 mm. Pero podemos tener años con más de 1.100 mm y años con sólo 200 mm. Fácil de comprobar si vemos la serie histórica.
El hecho de que no se alcancen las precipitaciones mínimas necesarias es preocupante. El olivo se adapta a los ciclos de sequía porque es una planta que ha evolucionado para resistir este fenómeno. En concreto la variedad Picual se adapta muy bien al cultivo en secano. Pero, evidentemente, la producción no va a ser igual en un año de precipitación mínima que en un año normal. Y tampoco es necesariamente bueno un exceso de precipitación. El olivo es muy sensible al exceso de agua que puede afectar a las raíces provocando la muerte de la planta. Esta sensibilidad es muy acusada también en los olivos de la variedad Picual.
Estrategias en el olivar de secano
Que no podemos controlar la lluvia es evidente. Pero si podemos actuar de manera que la precipitación efectiva sea la máxima posible con respecto a la precipitación total. Es decir, que se maximice la cantidad de agua que penetra en el terreno y que es aprovechada por las raices de los árboles. Para ello debemos evitar que el agua de lluvia se pierda a través de escorrentías, filtraciones a capas inferiores, etc. El tipo de labor que se de al terreno es importante para evitar las escorrentías. Por otro lado, las cubiertas vegetales permiten una mejor filtración del agua impidiendo que corra por las pendientes o que llegue a los arroyos y se pierda.
En el olivar de secano, al no poder controlar el aporte de agua al suelo, tenemos que tener muy en cuenta el otro factor determinante de la disponibilidad de agua: la evapotranspiración. Este factor se puede controlar mediante actuaciones dirigidas a minimizarlo. De una parte, ya el mismo árbol realiza su propio control. Por ejemplo mediante la parada vegetativa estival y otros recursos para evaporar la menor cantidad de agua posible.
Nosotros, además, podemos controlar le pérdida de agua del suelo que se produce por evaporación. En suelos labrados hay que vigilar que no se abran grietas. Por esas grietas se evapora gran cantidad de agua. Se puede minimizar con labores superficiales que las eliminen. En suelos con cubierta vegetal, la pérdida se produce por la competencia que la cubierta hace por el agua disponible. La mejor estrategia es dejarla crecer durante los meses en que no se dan altas temperaturas y segarla en cuanto empiezan a subir las temperaturas. Este manejo del terreno es además beneficioso para la estructura del suelo y reduce la formación de grietas.
Datos
En la tabla adjunta podemos ver un ejemplo de la evapotranspiración típica a lo largo del año en un olivar tradicional. En este caso se trata de una experiencia realizada en Córdoba por un equipo de la Universidad de Córdoba. Pero el ejemplo nos sirve para ilustrar lo que estamos comentando. Se ve como la pérdida de agua del suelo es muy alta en los meses de verano y baja durante el invierno.
Nuestro objetivo es asegurar una disponibilidad de agua suficiente durante el ciclo vegetativo. No obstante, en años con muy poca precipitación las consecuencias se dejan notar. Normalmente, en esos años, el árbol estará sometido a un estrés hídrico importante, sobre todo al final del verano. Si las primeras lluvias de otoño no llegan pronto, ese estrés terminará afectando a la producción. Por eso la gestión que hagamos de la reserva de agua en el suelo será crítica para asegurar el éxito de cada campaña.
Reacciones del árbol cultivado en secano
El árbol se va a defender del estrés hídrico y empezará por las hojas que se enrollan sobre sí mismas para reducir la transpiración. Lo siguiente es el fruto que se irá arrugando, como las uvas pasas, porque no le llega suficiente agua. Si esto no es suficiente, el árbol se desprenderá de parte de la producción que irá paulatinamente alfombrando el suelo. Y finalmente, con lo que le quede, acelerará el proceso de maduración dando lugar a un envero acelerado. Aparecen así las aceitunas negras antes de tiempo. Es decir, con un estrés hídrico acusado vamos a tener menos producción y de peor calidad. Por eso es tan importante, sobre todo en secano, tener una buena estrategia de control de la evapotranspiración. Es un factor sobre el que podemos influir y no podemos renunciar a ello. El Olivar del Lentisquillo es un olivar de secano.
Conclusión
Con todas estas dificultades, las reacciones de los árboles y nuestras estrategias, conseguimos producciones en secano que son muy meritorias. Tanto por la cantidad como por la calidad. Aceite de oliva virgen extra no es cualquier aceite. Como ya hemos visto en otras entradas anteriores, se requieren muchas condiciones para que un aceite se pueda denominar así. Pero si además es de cultivo ecológico y de secano, el mérito es mucho mayor. De ahí nuestra satisfacción porque año tras año nuestro árboles demuestran un rendimiento excelente a pesar de las dificultades. Que no son pocas.