Croquetas de Jamón y Queso
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5 febrero, 2019Los nuevos olivares con cultivo intensivo y superintensivo están cambiando el paisaje de nuestros campos a un ritmo acelerado. Podría tratarse de una moda, de que a la mayoría de los agricultores les ha dado por ahí. Pero no, la verdad es que hay razones para que se esté produciendo este cambio. Nos podrá gustar más o menos, pero el hecho es que todo responde a razones objetivas.
La viabilidad del olivar intensivo y tradicional
El interés natural de un agricultor es rentabilizar su explotación para asegurar su viabilidad y, por lo tanto, su supervivencia. Los costes de cultivo de un olivar tradicional son elevados. Tanto que producir 1 kilo de aceite de oliva ronda niveles que pueden ir de 2,0€ en el mejor de los casos a 3,0 € en los peores. Ese nivel de costes pone en riesgo la continuidad de estas explotaciones con los precios que actualmente tienen los aceites de oliva. Si vemos la evolución del precio del aceite de oliva en origen podemos concluir que la viabilidad de la mayoría de este tipo de explotaciones está seriamente amenazada.
Atrás quedaron los tiempos en que los precios medios en origen estaban por encima de los 3,0€ o los 3,5€. Últimamente estamos más cerca del nivel de 2.5€ con variaciones según los tipos de aceite. Con estos precios ya de entrada podemos tener explotaciones que sean muy marginales en su rentabilidad. Por ejemplo las de Olivar Tradicional no mecanizable están en serio riesgo de desaparición. Para este tipo de explotaciones, la continuidad de los programas de ayudas (es decir, la PAC) es esencial. Sin esa inyección de fondos no podrían sobrevivir. Y ya sabemos que no todos los agricultores tienen derechos de PAC.
Datos comparados de Costes y Rendimientos por tipo de Olivar
En estos dos cuadros podemos ver datos comparados por tipo de explotación. Aunque la terminología que usan es algo distinta, según la fuente, se puede apreciar la gran diferencia de costes que hay entre unos olivares y otros en ambos análisis.
Estas diferencias se pueden aminorar hasta cierto punto en explotaciones que adapten sus métodos de cultivo donde la orografía y las condiciones naturales lo permitan. Sería el caso del Olivar Tradicional en zonas donde es posible la implantación de mejoras encaminadas a la reducción de costes. Por ejemplo la mecanización de la recolección donde el uso de vibradoras está cada día más extendido. Pero aun así, seguimos estando ante unos costes demasiado elevados. En el caso de explotaciones sin ayudas, serían muy marginales o simplemente no viables.
Tendencia actual en el olivar
Las tendencias del mercado no favorecen la continuidad de este tipo de explotaciones. Por un lado se está dando un incremento notable de la superficie dedicada al olivar en detrimento de otros cultivos. Y también se están arrancando olivares tradicionales poco productivos para implantar olivares intensivos y superintenivos. Esto va a provocar un incremento importante de la producción de aceite, que traerá consigo más presiones a la baja sobre los precios en origen. Es decir, la marginalidad será más acusada en los olivares tradicionales.
Fondos de la Unión Europea
Las ayudas van a ser cada vez más escasas. La PAC se está modificando para el próximo período que irá desde el 2021 hasta el 2027. No sabemos en qué terminará todo pero, por el momento, una reducción que puede afectar a España es que se necesitan fondos para favorecer a los países recientemente incorporados. También está el impacto todavía por evaluar que tendrá el Brexit. La disponibilidad de fondos de la Unión Europea en su conjunto se verá seriamente limitada. A la larga la tendencia es que este tipo de ayuda se reduzca de manera significativa.
Aceite verde o de cosecha temprana
Además de esto, hay que tener en cuenta que el mercado va cada vez más hacia un tipo de aceite más rico en antioxidantes naturales. Más rico en compuestos fenólicos. Es lo que ya se conoce como aceite verde o de cosecha temprana. Para obtener este tipo de aceite no podemos esperar a que la aceituna haya terminado de madurar. Tenemos que recogerla cuando todavía está verde o empezando el cambio de coloración (el envero). Ahí es cuando obtendremos el máximo de contenido en antioxidantes naturales, pues son compuestos que provienen de la clorofila.
Rendimientos y otras diferencias
Como consecuencia de todo esto nos tendremos que olvidar de los rendimientos de entre el 20% y el 25% a los que los olivareros tradicionales están acostumbrados. Ahora la horquilla se va a situar entre el 15% y el 20%. Y con esos rendimientos hay que coger muchos kilos de aceituna y con un coste muy bajo para que la cosa sea rentable. Por eso la tendencia es la que estamos viendo: olivares de cultivo intensivo o superintensivo, tanto en secano como en regadío. Se considera olivar intensivo cuando tiene una densidad por encima de 200 árboles por hectárea. El superintensivo sería aquel que supera 1000 árboles por hectárea.
En estos olivares, se pueden mecanizar de forma mucho más eficaz las distintas labores. La horquilla de costes del kilo de aceite se va a situar entre 1.2€ y 1.6€ lo que asegura un margen de rentabilidad suficiente incluso para aquellas explotaciones que no reciben ayudas PAC. Por eso estamos viendo lo que estamos viendo. Todo tiene sentido.
A modo de conclusión
El siguiente tema que viene a colación es el futuro de olivares como el nuestro. El Olivar del Lentisquillo, por ejemplo, es un olivar del tipo tradicional con olivos de la variedad Picual. Nunca podrá competir en rentabilidad con los nuevos olivares de cultivo intensivo y superintensivo. Por eso nuestra batalla es la calidad y el cultivo ecológico. Ahí es donde las nuevas tendencias del mercado todavía tienen un reto que habrá que vigilar para ver donde nos lleva. Debe primar, naturalmente, la defensa del consumidor. Por eso nuestro interés por divulgar todo aquello que contribuya a que el consumidor pueda hacer la mejor elección con el máximo de conocimiento.